lunes, 13 de mayo de 2013

Capitulo 2-."Golpes y huida"

Caí de brazos abiertos a la cama. El diagnostico era positivo, Adrianne era una niña indiga, ¿como no lo supuse?. De igual forma no me lo esperaba.

La semana pasada había logrado llevar a Adrianne con un psicólogo, era inevitable que ella se resistiera a ir, pero al final había cedido. Tarde o temprano la iba a tener que llevar, su comportamiento ya hace tiempo que me extrañaba ¿quien a los 9 años es capaz de preocuparse tanto por no recordar cuanto es 8 por 7? Eso si que me había caído como piedra en la cabeza, pero a la ves fue lo que me hizo tomar la decisión

Las personas indigas no suelen ser personas enfermas; si no que son personas con una inteligencia mas elevada a la común para su edad, en este caso Adrianne es una niña indiga, de hay el echo de su preocupación en cuanto a sus calificaciones. Naturalmente el 30% de niños indigos a su ves suelen ser niños cristal: niños de alguna forma, muy delicados y a su ves difíciles de tratar, cualquier cosa es capaz de hacerlos lastimar, ocasionando así un cambio en su actitud, es decir, si esta sonriendo inmediatamente empieza a llorar

¿Como se supone que yo voy a poder tratar con eso?. (Tu nombre), Adrianne no esta enferma, eso solo la palabra que se le da a ese tipo de personas, ya deja de atormentarte; mi subconsciente me tranquilizo. Es que, ahora no se ni de que hablarle a Adrianne.

Me levante de la cama y me senté en la orilla de esta. Tome mi teléfono a un lado y marque el numero de Hadley. Mierda, ¡contesta mujer!

-¿Alo? -se escucho al otro lado de la linea-
-Hey, Hadley
-(Tu nombre) ¿que ha pasado? ¿te entregaron el resultado?
-Si, Adrianne es una niña indiga
-¡Oh, pero que bien! -exclamo-
-¿Bien?, ¡¿bien?! -¿eso le parecía "bien"?-
-¿Pero que te pasa mujer? ni que eso fuera algo malo
-Es que...

Hadley tenia razón, eso no era algo tan malo, creo

-suspire- ¿Has tratado con un niño indigo alguna ves?
-Pues, no directamente, pero he oído hablar de ellos y no veo que sea algo por lo que preocuparse
-¿En serio?
-Pues si

Durante un rato mas seguí hablando con Hadley, y lo que me había dicho era totalmente cierto: me estaba volviendo paranoica. Nuestra conversación telefónica termino, e inmediatamente volví a caer como muerta en la cama, hoy había sido un día totalmente agotador. De un momento a otro los parpados me empezaron a pesar, y mi cuerpo ya no respondía a mis llamados, luego solo recuerdo el fondo negro en mi cabeza.

Mis ojos se fueron abriendo, y aterrizaron en la ventana, desde donde se podía apreciar el cielo negro decorado con pequeñas luces blancas. Me levante estirando mis brazos, totalmente confundida en cuanto a la hora, por lo que veo dormí un largo rato. Me levante de la cama decidida a ir al baño y darme una ducha, me frote el rostro con las manos mientras bostezaba largamente, me quite los zapatos lanzándolos en alguna parte, junto con mi colección de ropa a un lado de mi cama, podría jurar que debajo de mi cama se encontraba Narnía.

Ya en el baño me di una ducha, en la cual dure un largo rato para que mi cerebro empezara a trabajar, era mas flojo que yo. Salí del baño y me vestí con lo primero que encontré y lo mas abrigado que tenia. La temperatura había bajado en estos días, ya nos encontrábamos varios grados bajo cero, naturalmente el sol ya no salia, solo uno que otro rayo otorgando el resplandor de la mañana.

Baje las escaleras para encontrarme a Adrianne viendo la televisión acostada cómodamente en el sillón. Bueno, llego el momento.

-Adria -llame su atención mientras me sentaba en el pequeño sillón individual a un lado de ella-
-¿Si? 

En otro caso hubiera negado con la cabeza por no mirarme mientras le hablo, pero en este caso prefiero que no lo haga.

-Ya me han dado el diagnostico -empece- y...
-Salio positivo, ¿cierto? -me robo la palabra de la boca- soy una niña indiga, ¿me equivoco?

Ok...esto ya me estaba asustando

-Em, no, no te equivocas. ¿Como lo sabes?
-se encogió de hombros- Lo supuse
-Ah, ya

Empece a recorrer el piso con la mirada sin saber de que hablarle a Adrianne, no quería que esto cambiara mi forma de ser con ella, ni su forma de ser conmigo. Algo cursi, pero ¿que mas se puede hacer? Adrianne es lo único que me queda, sin contar a Hadley. Sin ellas dos, estoy perdida

-¿Te preocupa mucho eso? -me pregunto-
-¿Eso, eso que?
-Eso, el que sea una niña indiga
-No, claro que no -trate de sonreír- bueno, tal ves un poco, pero no es nada malo. Por lo que me ha dicho Hadley las personas indigas son iguales que cualquier otra, solo que ese es el nombre que se les da por ser tan inteligentes
-Oh, creo que ya entendí -sonrió-

Listo, ahora mi conciencia al fin estaba tranquila.

-Bueno, creo que iré a dar una vuelta ¿vale?
-Ok -dijo- Pero sabes que hora es ¿no?
-No -pensé- Si, pero tranquila no tardare mucho

La verdad es que no tenia ni idea de que hora era. Tome mi habitual chaqueta de cuero y me la puse. Cerré la puerta a mis espaldas y metí mis manos en los bolsillos de los costados de la chaqueta. Viéndolo bien ya debería de ser media noche; las calles se veían totalmente vacías y solitarias sin contar los pocos ruidos que se escuchaban, las luces de los faroles ya hacían encendidas alumbrando escasamente la larga carretera, algunos murciélagos se podían ver pasar rápidamente por el cielo estrellado y perderse en la esquina mas próxima. Este ambiente me gustaba

Empece a caminar sin un rumbo fijo, metí una mano en el bolsillo lateral de mi chaqueta y tome uno de los cigarrillos que se encontraban fuera de su caja. Luego de haberlo encendido empece a inhalarlo en mi boca, mientras mi mirada ya hacia algo perdida recorriendo el lugar. Que yo recuerde, nunca había estado en este lugar de noche, al menos no sobria. 

Me detuve al ver lo que había descubierto; un parque. Empece a caminar lentamente observando cada detalle de este; a su alrededor se encontraban esparcidas algunas bancas, también se podían apreciar flores y arbustos de todos los tamaños y colores cubiertos por un fino manto de nieve blanca, y en el centro se podía ver una gran fuente echa completamente de mármol blanco, con dos pequeños ángeles rodeando la punta de esta con destellos en dorados, desde donde anteriormente salia una pequeña cascada de agua, la cual ahora se encontraba congelada en una posición irreversible, y mas atrás se podía ver un parque echo en madera.

Camine encantada de lo que se encontraba en frente, este lugar parecía mágico, de alguna forma u otra. Me acerque a la fuente y fui viendo detalle por detalle, era realmente hermosa. Seguí caminando pero esta ves hacia el pequeño parque infantil echo en madera. Con la punta de los dedos retire el manto de nieve blanca que se encontraba sobre uno de los columpios y seguidamente me senté en el. Me saque el cigarrillo de la boca, de el cual me había tragado casi todo el humo y lo lance al piso. Empece a balancearme en el columpio, convirtiéndome en una pequeña niña ¿hace cuanto que no hacia esto? ya ni recuerdo la ultima ves que toque uno de estos. El frió viento me pegaba en la cara, y me fue inevitable sonreír. Muchos recuerdos rondaban mi cabeza en ese momento

-¡Mas alto! -grite-
-¿Y si te caes, que vamos a hacer?
-Vamos papi, no me caeré
-Bueno. A la cuenta de uno...dos...¡tres!

Empujo mas fuerte el columpio, haciéndome volar en el aire. Las risas en ese momento eran tan comunes que no podía parar de hacerlo

-¡Que divertido! -grite para enseguida reírme-
-¡Agárrate bien!

Apreté mas fuerte el columpio.

De un momento a otro caí en la realidad; ya no era un niña pequeña, Jerad no se encontraba meciéndome en el columpio y mamá no se encontraba riendo con Adrianne en brazos sentada bajo la sombra de un árbol.

Prácticamente me lance del columpio y empece a correr a casa. Superar, olvidar, vivir; palabras que se dicen pero no se cumplen.

Llegue a casa y lance la puerta cerrándola tan fuerte, que me extraño que con la vibración del ruido no se hubiera caído algún vaso.

-¿Donde se supone que estaba la señorita? -una voz irónica y vibratoria inundo mis oídos-

Esto no podía ser cierto

-Que mierda te importa eso a ti, Jerad -el desafió y la rabia se notaban en mi voz-
-No-o -movió su dedo negativamente- así no se le habla a tu papa (Tu nombre) ¿donde están tus modales? -sonrió-
-Tu eres el menos indicado para recordarme eso. A parte, tu no eres mi papa -exclame-
-¿Que no soy tu papa? -rió- ¡claro que lo soy, niña! ¿que crees? ¿que viniste por arte de magia al mundo? -suspiro- recuerdo esos momentos en los que te cargaba y eras tan chiquitita

Que ¿ahora se pensaba poner todo cursi? 

-Vete a la mierda -gruñí-

Tense mi cuerpo para prepararme a subir corriendo las escaleras, pero apenas di tres pasos cuando Jerad me agarro del brazo fuertemente. ¡Mierda, ahora no!

-¡Joder, suéltame! -grite mientras forcejeaba tratando de soltar mi brazo de su agarre- ¡Maldición, que me sueltes!
-¡No, no lo haré! Eres una perra ¿sabes?

Que mierda, ¿me llamo "perra"? ¡Claro! ve quien viene a hablar

-¿Como mierda me has llamado? 
-¡Vamos Alarice! Tu lo has escuchado muy bien: PE-RRA, eso es lo que te dije

Durante unos segundos, sentí que el mundo se detenía, los relojes dejaban de moverse, el viento dejaba de soplar y las hojas dejaban de caer. Mi cuerpo no respondía. Me había llamado Alarice, y eso me había congelado la sangre.

-¿Porque esa palabra? -debatí- ¿porque "perra"? -mis dientes se empezaron a apretar automáticamente y pude sentir mi cuerpo calentarse de ira- ¡¿Que mierda te hizo ella para que le digas perra, maldito cerdo?!
-¡Me dejaste Alarice! -grito. Otra ves me volvía a llamar Alarice- ¡te fuiste! ¡me dejaste! no te hagas la que no lo sabe
-No te dejo solamente a ti -pensé- Suéltame o no me hago cargo de lo que pueda hacer, Jerad -cerré mis ojos y los apreté, no iba a llorar, eso no era para mi-
-¿Que, que me vas a hacer?, ¿pegarme? -rió- 

Levanto una de mis manos y las sostuvo en el aire

-¿Con estas manitas piensas pegarme? -volvió a reír- ¿sabes? mejor lo de pegar déjamelo a mi

Empece a temblar. 

Jerad en menos de un micro-segundo lanzo la botella que tenia en su mano izquierda, haciendo que esta se partiera en pedazos contra la pared. Pude sentir como varios vidrios se enterraban en mi pierna y mi ante-brazo. 

Aproveche el momento y con mis piernas como gelatina eche a correr hacia el piso de arriba. Podía escuchar a Jerad gritándome incoherencias y sus pesados pasos resonar en el piso. Cerré la puerta de mi habitación rápidamente, me apoye en ella a la ves que le pasaba seguro. Me detuve un momento a respirar, pero ese momento acabo en el que sentí a Jerad golpear y patear la puerta. Me moví rápidamente de hay y rodé la pesada peinadora de madera blanca trancandole el paso a la habitación. 

Me lance en la cama tapándome los oídos; no quería oír nada, no quería ver nada, no quería pensar nada. Lo único que podía querer en este momento era adelantar el tiempo, que el sol saliera, Jerad se fuera a trabajar como todos los días y esta mala noche ya haya sido digerida. Y si era posible, que un auto se estrellara contra el de Jerad y lo eliminara de mi vida.

De un momento a otro la peinadora se volcó, causando así un estruendoso ruido en toda la habitación y seguramente en toda la casa. El espejo de la peinadora se partió haciendo así que el vidrio con el que estaba echo volara en pedazos por todas partes.

Empece a temblar incontrolablemente; estaba muerta. Pude sentir los pasos de Jerad entrando en la habitación, con su fuerte risa reventándome los oídos, que sinico era. Me jalo por un brazo lograndome levantar de la cama con un solo movimiento, y seguidamente sentí su mano en mi cara, dejandomela seguramente marcada. Recibí otro golpe pero esta ves en el labio, ya podía sentir el hilo de sangre corriendo por mi labio cuando alcance a escuchar a Adrianne gritar mi nombre. No, no ¡no!

-¡Vete! -grite-
-¡Pero, (Tu nombre)! -su voz casi no se entendía, se quebraba en cada palabra y era difícil lograr hallar el significado de ellas-
-¡Que te vallas, joder!
-¡(Tu nombre)!

Otro golpe en el ojo por parte de Jerad

-¡Maldición, vete! -alcance a gritar antes de sentir un golpe en mi labio, en la misma parte en la que había sido el anterior-

Adrianne salio corriendo hacia su habitación, sus pasos eran tan rápidos que resonaban en el pasillo, y me pude dar cuenta cuando entro en su habitación y se encerró allí.

Con un ojo abierto y el otro cerrado y -sin duda alguna- moreteado, logre ver a Jerad; en su rostro no se veía rastro de compasión, y no parecía querer detenerse.

Logre ubicar con la mirada mi guitarra, la cual se encontraba en la pared a mi izquierda. Estire mi mano lo mas que pude tratando de alcanzarla, lo mas que alcanzaba a hacer era rozar mis dedos con su superficie plana. Agilmente me solté del fuerte agarre de Jerad y tome la guitarra en manos, a la ves que me volteaba y la sentía partirse en la frente de Jerad, el cual se veía decidido a agarrarme, golpearme e insultarme hasta dejarme inconsciente. 

Solté la guitarra horrorizada por el montón de sangre que se encontraba esparcida en el piso formando un gran charco rojo debajo de la cabeza de Jerad. Fue solo un momento, cuando todos los malos recuerdos y las imágenes de hace menos de cinco minutos regresaron a mi mente y mi cuerpo se volvió de piedra. De mi cara se borro cualquier rastro de expresión y sentí mi interior encogerse dando giros para luego detenerse.

Dando grandes zancadas camine hacia el armario, lo abrí y empece a lanzar al piso la ropa que hacia en este, en una esquina al fondo del gran armario logre encontrar mi maleta negra con azul, la cual llevaba un buen tiempo sin ser utilizada. Con leves golpes de mi mano le removí el polvo que se encontraba por encima de esta, la abrí y rápidamente empece a meter ropa sin ni siquiera ver que era lo que metía. La cerré rápidamente y la puse de pie a un lado de la puerta, tome mi bolso del instituto y le di vuelta haciendo que los cuadernos que hacían en este cayeran al piso arrugándose y doblándose  En el bolso empece a meter varias cosas las cuales se encontraban en mi peinadora y ahora en el piso. Rebusque en uno de los cajones de mi mesa de noche mi pasaporte y algo de dinero que tenia guardado ahí. También metí cosas como algunas pastillas, un par de zapatos y una foto ya algo antigua en la que se encontraba mamá sentada en la rama de un árbol con su cabello siendo alborotado por el aire que le pagaba de frente.

Me guinde el bolso en un hombro y tome la maleta con mi mano libre, para dirigirme con un paso rápido a la habitación de Adrianne. Iba a entrar cuando me di cuenta que la puerta tenia seguro y se encontraba trancada

-¡Adrianne abre! -le grite mientras tocaba seguidamente la puerta-

En pocos segundos pude oír como algo era rodado al otro lado de la puerta y luego la puerta era abierta por Adrianne, la cual tenia la cara roja y empañada en lagrimas. Al verme empezó a llorar mas fuerte aun, la entendía, era mucho en un solo día.

Saque una maleta color rosa que se encontraba debajo de su cama y la abrí para seguidamente empezar a meter ropa y todo lo que veía a la vista y que seria necesario. Cerré la maleta y la sostuve con el mismo brazo en el cual se encontraba guindando mi bolso.

Bajamos prácticamente saltando las escaleras. Busque en un cajón del aparador que sostenía a el televisor el pasaporte de Adrianne y un dinero que hace tiempo sabia que se encontraba hay, lo agarre y le dije a Adrianne que lo metiera en el bolso. Camine por el living con Adrianne siguiéndome desde atrás y tome el teléfono, que había dejado tirado en la entrada por lo sucedido anteriormente  Busque en la agenda de contactos el numero de Hadley, la cual luego de cuatro tonos respondió. Claro, estaba dormida, ¿quien va a estar despierto a las tres de la madrugada?

-¿Alo? -su voz sonaba ronca a través de la linea-
-Arma tus maletas, en diez minutos estoy allá -dije-

Sin necesitar mas explicación Hadley corto.

Monte las maletas en la parte de atrás del auto para luego montarme y arrancar el auto. Mientras iba manejando le eche una mirada a Adrianne, la cual se encontraba sentada con las rodillas pegadas al pecho en unos de los asientos de atrás, todavía seguía lloriqueando, y no era para menos. Pare el auto frente a la gran casa de Hadley, la cual justamente se encontraba saliendo por la puerta con dos maletas en mano. Rodeo el auto y monto las maletas en la parte de atrás del auto y luego los volvió a rodear para montarse en el puesto de co-piloto. Al abrir la puerta y verme la cara, por supuesto, se espanto, pero mantuvo la cordura y se quedo callada. Llegamos al gran aeropuerto y aparque el auto en uno de los puestos libres del estacionamiento. Baje y Hadley me ayudo con las maletas mientras Adrianne llevaba el bolso de mano.

Antes de entrar por la gran puerta de vidrio me tape la cara con la capucha de la chaqueta, permitiendo que la sombra que esto proporcionaba tapara mi rostro, para así evitar interrogaciones. Compre los tres boletos rumbo a California, a los cuales el avión estaba destinado a partir en trece minutos. Mientras la encargada de la administración de vuelos me entregaba los boletos me pude fijar en como trataba de ver mi rostro, sin disimular. Entregamos las maletas y nos dirigimos a unas sillas metálicas para siete personas.

Esperamos sentadas, en completo silencio, a que nos llamaran para abordar. Todo esto había sucedido tan rápido que no me había dado cuenta de la noción del tiempo en que ocurrían las cosas, durante un momento me encontraba en el parque y luego...

-Pasajeros del vuelo 122 rumbo a Los Ángeles, California, favor de abordar la puerta número 5 -se escucho a través del altavoz-

Cada una se levanto de su asiento y caminamos a la puerta, la cual daba a un túnel de paredes transparente para abordar el avión. Entramos y cada una ubicamos nuestros asientos; a mi me había tocado separada de Hadley y de Adrianne, las cuales se encontraban sentadas juntas en un puesto para tres personas. Me ubique en mi asiento, el cual daba hacia el lado de la ventana y me senté a esperar que dieran las instrucciones de vuelo para despegar en el aire. La voz de una mujer indico las instrucciones a la ves que anunciaban el vuelo.

El avión despego, adentrándose en las nubes del oscuro cielo. Repose mi cabeza en el respaldo del asiento, y mi mente -junto con el avión- empezó a volar, reviviendo los momentos de hace un rato, todo fue tan rápido. 

¿En que momento sucedió todo esto? Primero me encontraba en el parque y ahora en un avión, volando por las nubes, yendo muy lejos de casa. 'Yendo' no, (Tu nombre), 'huyendo', ese es el termino adecuado para lo que estas haciendo; me corrigió mi subconsciente.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~Continuara~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

¡Hola chicas! Como se pueden dar cuenta, estoy tratando de subir mas rápido  cada momento libre que tengo lo estoy aprovechando para escribir. Ok, lo admito, este capitulo estuvo algo corto, pero no le podía agregar mas nada ya que no quería arruinar la idea del capitulo.

Bueno lindas, he aquí el 'segundo capitulo' Espero y les guste:) ¡Gracias por comentar! :')

PD: "Se acerca la llegada del empresario:3"

-Comenten mucho. Se me cuidan. ¡Au revoir! (*u*)/



5 comentarios:

  1. Ay pobree (tn) q rapido esta pasando todoo.. Esta muy emocionantee ya quiero q llegue el empresario..

    Siguelaa prontoo me gusta tu fic :D
    bye cuidate

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  2. wooolaaaaaaaaa sorrry por no comentar antes pero no pude la cosa es que ya estoyyyy aqui y ya leiii toooooo me encanto lo habia esperado por muxoooo tiempo y alfinnnn *--------------* esta divina plisssss sub prontoooo
    PD:ME ENCANTAAAA demaaaa XD

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  3. empece a leer tu fic y esta super buena ya quiero la llegada del empresario y como sera la vida de ellas en california
    te felicito es muy buena tu fic
    aahhhhhhh soy nueva lectora

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  4. hello soy nueva me encanta tu historia espero que subas muy pronto
    a y antes tengo una fic se llama
    http://dangerousvampirelove.blogspot.com/
    espero que te guste tengo mas pero se encuntran escritos en la fic
    bueno me despido te cuidas mucho bye :D

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  5. Hola, soy nueva ¡Y ESTOY ENCANTADA CON TU FIC!
    ¡enserio que escribes genial :3
    ¡SÍGUELA Y NO TE DEMORES! :3

    Chao chao

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